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Fracturas Intraarticulares

Todas aquellas fracturas que afectan parcial o completamente una articulación, se denominan intraarticulares. A nivel de la rodilla existen fracturas de la rótula, cóndilos femorales, platillos tibiales y espinas tibiales. En algunas fracturas de platillos tibiales se puede ayudar de la artroscopia para observar la reducción anatómica (precisa) de la fractura sin necesidad de abrir la articulación de la rodilla.

Las fracturas de la espina tibial las fijamos siempre por artroscopia lo que significa una mejor recuperación en el postoperatorio inmediato. Las fracturas de la rótula y de cóndilos femorales requiere de cirugías abiertas y la artroscopia no tiene utilidad en este tipo de fracturas.

Las fracturas de espinas tibiales tienen la importancia que en ese sitio se insertan los ligamentos cruzados. La espina tibial anterior se puede fijar con artroscopia, es el sitio donde se inserta el ligamento cruzado anterior. Lo que ocurre es que se arranca de su inserción con el hueso. Por esa razón, si la fractura es desplazada se debe hacer una fijación de la fractura para que no quede inestabilidad en la rodilla.

¿Qué hacer?

Estas fracturas de las espinas tibiales se clasifican en cuatro tipos:

  • Tipo I: No desplazadas.
  • Tipo II: Es en bisagra, se levanta en la parte anterior y la posterior queda sin desplazarse.
  • Tipo III: Fractura desplazada.
  • Tipo IV: Desplazada con varios fragmentos (conminución).

Las tipos II, III y IV son susceptibles de fijación. Entre las técnicas quirúrgicas disponibles, podemos hacer fijación con 1-2 tornillos, suturas de tracción o con técnica todo artroscópica con anclajes sin nudos que es lo que actualmente estoy haciendo.

Si tienes alguna pregunta o inquietud, no dudes en contactarnos para una consulta personalizada. ¡Estamos aquí para ayudarte en cada paso de tu recuperación!

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