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Inestabilidad de la rótula
Los pacientes con estas patologías se caracterizan por sentir episodios de inestabilidad en su rodilla, sienten que la rótula se sale y vuelve a entrar sola al extender la rodilla. Hay dolor, inflamación de la rodilla y limitación para la marcha.
- Luxación aguda de rótula.
- Luxación recidivante de rótula.
- Subluxación de rótula.
- Luxación crónica de rótula.
Al examen físico es importante la sospecha del ortopedista ya que muchas veces el paciente no alcanza a notar el episodio de luxación o subluxación. Encontramos dolor en la carilla interna de la rótula, dolor en el cóndilo lateral del fémur, dolor en el retináculo patelar interno, efusión articular y aprehensión de rodilla. La aprehensión es al examen una sensación de rechazo por dolor al intentar movilizar la rótula hacia lateral. Además evaluamos si hay alteraciones angulares o torsionales en los miembros inferiores y en la rótula. Así mismo, se evalúa en la parte muscular si hay atrofia del cuádriceps, retracciones musculares en el cuádriceps e isquiotibiales, debilidad en los rotadores externos de cadera.
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¿Qué hacer?
La radiografía no hace el diagnóstico pero es importante para observar variaciones en la rótula como rótula bipartita, rótula alta, rótula baja, defectos de alineación en la rodilla, fracturas y el estado de los núcleos de crecimiento. Esto último es muy importante en la decisión quirúrgica en adolescentes y niños con esta patología.
Se debe llevar la persona a fisioterapia en el primer episodio si no es debido a un traumatismo directo. Si es un episodio por trauma directo se puede evaluar la necesidad de manejar con cirugía para reparar por artroscopia el retináculo interno roto ya que algunos pacientes requieren manejo quirúrgico después del episodio inicial como en pacientes jóvenes atletas, pacientes con fragmento osteocondral grande de rótula o cuerpo libre articular. Si los episodios se vuelven recidivantes (repetitivos) se debe tomar una Tomografía Axial Computarizada (TAC) para diagnosticar objetivamente el mal alineamiento patelofemoral y planear la cirugía.
El tratamiento es fundamentalmente con fisioterapia durante 3 – 6 meses.
Se debe fortalecer el vasto medial del cuádriceps mediante ejercicios isométricos, fortalecimiento de los rotadores externos de cadera, estiramientos del retináculo lateral, estiramientos de recto anterior del cuádriceps e isquiotibiales.
Si al término de este tiempo no hay mejoría clínica y continúa con inestabilidad de rótula o episodios de subluxación se debe realizar el manejo quirúrgico.
Se hace cirugía ” a la carta” según cada variable estudiada con los exámenes como son condroplastia, extracciones de cuerpos libres o fijaciones osteocondrales, reconstrucción del ligamento patelofemoral medial, relajación o alargamiento de retináculo lateral, osteotomías del tubérculo tibial anterior Maquet o Fulkersony descensos de rótula alta, trocleoplastia, realineamientos de valgo y osteotomías desrotatorias. Todo esto lo decide el ortopedista en cada caso individual.
En el postoperatorio, la rehabilitación es inmediata. El paciente puede caminar al día siguiente apoyando el pié con ayuda de muletas y se debe iniciar ejercicios para lograr arcos de movimiento y fortalecimiento del cuádriceps. Así mismo, se recalca en ganar flexibilidad completa con estiramientos musculares para disminuir las molestias residuales y dolor en la rodilla en el postoperatorio. Su recuperación para regresar a trabajar puede variar de 10 días a 2 meses y deportivo unos 4 a 6 meses.
Si tienes alguna pregunta o inquietud sobre esta patología, no dudes en contactarnos para una consulta personalizada. ¡Estamos aquí para ayudarte en cada paso de tu recuperación!
Convenios
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